El éxito de estas incidencias estuvo precisamente en la integralidad de su implementación.
A partir de experiencias de éxito previas, se tuvo en consideración establecer objetivos, pero estos eran claros, medibles y realizables. No se trata solo de revertir la situación como tal, sino en comprender los elementos que la sostienen y cómo el transformar cada uno de estos se traduce en el todo. De igual manera se realizó un análisis de los factores que se constituían en obstáculos o dificultades para implementar sub estrategias de contención.
Además, cada objetivo especifico supuso estrategias puntuales, como el no quedarse en una narrativa sino sumar casos comprobables y que sirvieran de ejemplo a cada situación planteada, contrarrestar con argumentos solidos el discurso del Estado y romper barreras idiomáticas con las traducciones de contenido.
Finalmente, sensibilizar a otras organizaciones y países sobre la situación de vulneración pero también sobre lo imperioso de la intervención catapultó la suma de voluntades para la consecución de los objetivos.